"soy un animal literario. Así como los franceses suelen referirse al hombre como un animal pensante o un animal filosófico, yo soy un animal literario. Nací para la literatura"
Julio Cortázar

La literatura en su expresión más pura es en mi opinión aquella que a través de la simplicidad logra penetrar la mente, elaborando un imaginario potente, sabroso, ejerciendo una especie de "teletransportación" del lector que finalmente se traduce en un verdader placer. Lo interesante es que es que esto último es posible alcanzarlo en espacios muy reducidos con una alta calidad, con lo cual es inevitable remontarse a las tradiciones orales.

Esto es lo que me pareció encontrar en el hermoso y breve cuento de la escritora Chilena Pía Barros.

Pía Barros
Cuento tal vez oído en un bar a las tres de la mañana.

Me dijo que el Emperador, conmovido por su prosa, le regaló diez años más de vida, al cabo de los cuales le concedería una noche para la lectura de lo que hubiese escrito y luego lo decapitaría.
El escritor miró a las estrellas y comprendió que su tiempo era un pestañeo en el universo. Tomó entonces a su hija pequeña y comenzó la tarea.
Al cumplirse el plazo, el Emperador se presentó ante su puerta.
El escritor trajo a la muchacha y le dijo:
-Cuando termines la lectura, la devuelves a su madre y me decapitas.-
Luego, el escritor retiró el manto de seda que cubría el cuerpo de su hija.
El Emperador contempló los hombros, el cuello, las axilas, el pubis y vio que el cuerpo entero de la muchacha estaba escrito en una apretada caligrafía.
Creo haber oído que aquella noche el Emperador amó a la muchacha.
Dicen que la leyó una y otra vez, pero lo asombroso es que a cada giro del amor, los cuentos se entremezclaban y nunca podía leerse la misma historia.
El escritor murió anciano. El Emperador también de viejo y feliz.
Dicen que la muchacha no murió jamás.
A veces va a los bares, y antes de desnudarse, cuenta historias como ésta.

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Gracias a Roberto, quien tiene la suerte de asistir a su taller literario, que lo publicó en su Blog

Un usuario satisfecho vale más que mil palabras...

La vida. Uno va cumpliendo metas y va tomando cada vez mayores resposabilidades, y lo más tragicómico es que alquilamos e hipotecamos en gran medida nuestro tiempo, nuestra libertad en pos de un trabajo y ansiado desarrollo profesional. Pero bueno, esto tiene sentido en las circunstancias actuales, no obstante me niego a abandonar aquello que disfruto, y trato de rescatar el poco tiempo libre para hacer aquello que realmente deseo, es decir, tiempo para el ocio.

Así las cosas el tiempo se ha transformado en un valiosísimo capital para mi "newbie" experiencia profesional. Cada minuto vale, y si es para el NO-TRABAJO vale más aún, xd. Seguramente quien lee estas líneas sabe perfectamente a lo que me refiero. Profesionales de la información "infoxicados" y atareados, algunos más hiperactivos corren, vuelan por las oficinas gracias a potentes dosis de café y guaraná. La vida "moderna" consume lentamente la capacidad de observar alrededor, respirar, escuchar, callar. El "modernismo" me ha tenido entre sus garras pero he ganado la primera batalla, sin embargo es una lucha permanente, pronto vendrán batallas más largas y feroces, seguro.

Cuando entré a trabajar a la editorial firmé un contrato en el cual entregaba parte de mi tiempo e intelecto a mi empleador, pero eso queda corto, porque en la práctica se entrega tambien imaginación, sentimientos, etc. El trabajo ha sido fuerte, he aprendido bastante y me he involucrado casi sin querer en el corazón mismo de la trilogía editor, autor, lector; una trilogía llena de misterios.

Esto me ha hecho pensar y repensar la posibilidad de continuar con este humilde espacio en la red. La verdad es que se torna muy difícil seguir adelante, y cuando hay tiempo, la imaginación te traiciona. Si algún colega, sin importar de dónde, desea y siente que tiene algo que decir y aportar, pues le pido que se anime y que contribuya a que Bibliotekarios (aunque a algunos les incomode la K) siga latiendo. Sólo puedo ofrecer la oportunidad de vivir una experiencia enriquecedora en todo sentido. Los weblogs tienen esa capacidad de hacer crecer a quienes los mantienen, para tomar vida propia y finalmente dejar de ser "tuyos", es algo que va más allá del poseer.

"Serendipitivamente" me encuentro con un nuevo recurso que llama la atención por el uso de tecnología orientada a la accesibilidad. Se trata de Speegle, un buscador muy particular, con una interfaz similar a Google, que trabaja con tecnología PanaVox Speak Perfect voices la cual permite leer los resultados de la búsqueda de manera automática o bien a elección del usuario.

Esta tecnología, que si bien no es nueva, no es común verla aplicada en sitios Web (a ecepción de algunos items publicitarios) y menos aún en un buscador. No deja de sorprender sus potenciales aplicaciones, ya sea para mejorar la accesibilidad o para reforzar ideas, promocionar productos, etc.

--> Comentado también en Deakialli