A propósito del artículo de Thomas L. Friedman, columnista del New York Times, en que con un título sugerente nos invita a reaccionar acerca del impacto de Internet, y de Google en particular, sobre el cauce de los acontecimientos históricos (con su toque de ironía claro está) , teniendo como punto de partida la tragedia de las torres gemelas encontré interesante y provocador comentar el tema apoyado por algunas ideas del Doctor Baeza-Yates al respecto.

Justificando la pregunta, uno podría pensar que en efecto Google podría parecerce a una especie de Dios, por ejemplo, siguiendo la lógica siguiente:

Wi-fi + Google es como dios:
es inalámbrico, está en todas partes y conoce todo

Además con Google puedo buscar cualquier cosa, donde quiera y cuando quiera.

Quizá el punto más revelador tiene que ver con un tema de Fé. La esencia de un buscador está quizá no en la estructura del mismo ni en su algoritmia, sino más bien radica en un acto de Fé del usuario: buscar es en esencia un acto de Fé. ¿Fé en Google? puede ser.

Baeza-Yates nos dice tajante lo que todos creemos saber: No señores, Google no es Dios.

Pero ¿Cuál es el fundamento de esta aseveración? (muchos se sentirán decepcionados..)
Ahí va:

Cualquier tecnología avanzada es magia. Google no es omnipotente ni eterno, y además es ciego y estúpido, no obstante, siempre responde...aunque no siempre lo que uno quiere. Google recuerda hasta cuando la página ya no existe (backup vs. copyrigh)

y continúa..

Conoce más de 4000 millones de páginas (y puede seguir..hasta ¿el infinito?; busca en texto, imágenes, noticias, precios, catálogos, Sabe hacer cálculos, reconocer conjuntos, traducir texto, etc.. pero no es más que el resultado de la tecnología generada por 400 ingenieros, instalada en decenas de miles de PCs con Linux y vendida por un equipo de 600 personas

En Conclusión, podemos asegurar que Google no es perfecto, y en su imperfección es posible observar:

- Sesgo negativo para páginas nuevas
- Sitios populares se hacen más populares
- Los ricos se hacen más ricos
- No sabe de idiomas
- Spam de enlaces y contenido (Google bombing)
- Nosotros no somos perfectos
- Malas descripciones (títulos, enlaces, metadatos, etc.)
- Abuso de páginas dinámicas
- Abuso de duplicación

Así y todo, seguiremos teniendo Fé en Google, y es precisamente la Fé la que permite mantener en movimiento esta caja de pandora y, de paso, incrementar el negocio para sus accionistas.